Hay
veces que uno duda de sí mismo, quizá por las circunstancias que le rodean o
quizá por una baja autoestima o confianza en sus cualidades. Presentarse a un
casting puede parecer sencillo, pero también complicado. Para algunas personas,
el sentido del ridículo es su mayor obstáculo, sin embargo para otras, hacer el
ridículo es su mayor virtud. Y es que uno hace el ridículo cuando se avergüenza
de sí mismo. La gente que no tiene miedo de lo que pensarán los demás sobre
ellos, es la gente que más deberíamos admirar en este sentido. Su gran
confianza, el valor a mostrarse tal y como son y no sentirse inferiores ante
las opiniones de los demás, es lo que les hace valer.
Para la
gente que un casting es complicado, quizá es este uno de sus problemas. Personalmente
he estado mucho tiempo en este segundo grupo, y mi reacción ha sido siempre
poner impedimentos para evitar hacer lo que quería y sentía, en este sentido de
la actuación y en muchos otros aspectos. Dudar de uno mismo es muy sencillo, no
expresar las emociones a la gente que se quiere también, pero tener miedo a ser
rechazado o no ser valorado es perderse el respeto a uno mismo. Tú mismo eres
el que se tiene que valorar y demostrarlo ante los demás para que te valoren
tal y como eres. Cuando se logran
apartar estos temores, se logra crecer como persona, y se vive mejor porque las
preocupaciones e inseguridades pasan a ser una lucha ganada, que te aporta una gran
sensación de control y seguridad en tus decisiones. Piensa que la gente del casting son personas como tú, todos ellos tienen sus propios miedos e inseguridades.

Otra
opción que puede venir muy bien es hacer algún curso de clown (payaso), dónde
todo el mundo hará el ridículo junto a ti con la intención de hacer reír y
reírse de uno mismo. Aprender a reírse de uno mismo en vez de juzgarte por tu
propia forma de ser es un buen consejo que se debería seguir.
Quizá a
la gente del primer grupo, que un casting les resulta sencillo por que les nace
ser y transmitir como son, se preguntarán porque querrán ser actores/actrices
la gente del segundo grupo. Para mi la respuesta es sencilla; porque un actor
intenta transmitir y emocionar a los demás, superarse a uno mismo e
identificarse con su público para que su público se identifique con él, ya que bajo
mi punto de vista, no hay experiencia más gratificante que sentirse querido por
los demás.
En
definitiva, puede que en el primer casting te den un papel o no, pero que te
salga bien o mal dependerá de la experiencia que te lleves contigo. No vale la
pena desmotivarse si tu verdadero sueño es ser actor, porque
lo único que harás es complicártelo todavía más, sé positivo. La clave para
pasar un casting es ser uno mismo para poder transformar las emociones desde
una base real, así pues, con una fuerte autoestima harás un personaje seguro de
sí mismo.
No he
mencionado previamente la formación en actuación porque he intentado partir desde
un punto de vista del origen de los miedos, pero no hay que olvidar la
importancia de la misma, ya que la técnica y los demás conocimientos adquiridos
facilitarán mucho la labor de actuación y permitirán estrategias para los
diferentes problemas que se nos puedan plantear.